Dios nunca desaparece. De hecho, en la debilidad es posible que su presencia se haga más fuerte, creando un deseo cada vez mayor de correr hacia Él diariamente. La dependencia y confianza en nuestro Padre celestial es capaz de fortalecernos. Logrando alimentar nuestro corazón para nunca más volvamos a ser los mismos.
Esto entra en consonancia con las sagradas escrituras, ya que la gente puede decepcionarnos, pero Dios nunca. Hebreos 13:5 (NVI) dice «… porque Dios ha dicho: “Nunca te dejaré; nunca te abandonaré’». Sin embargo mucha gente se cuestiona si Dios nunca desaparece o, por el contrario, es capaz de abandonarnos.
Dios nunca desaparece
Podemos estar decepcionados si no nos ha dado lo que queremos, pero eso no debe confundirse con el abandono. Dios no es un casuario (animal que abandona sus crías); nunca nos abandonará. Si alguna vez has sido herido por alguien, entiendes lo que es sentirse aislado, emocionalmente solo. Pero Jesús promete que nunca te fallará. El Espíritu Santo promete estar con nosotros siempre.
Oración al sentirse abandonado
Puede ser muy duro sentirse abandonado. Pero dado que Dios nunca desaparece, por muy mal que luzcan las cosas, es capaz de convertirse en una luz entre tanta oscuridad.
Si te sientes abandonado, puedes rezar la siguiente oración:
Gracias, Señor, por tu promesa de nunca abandonarme.
Elijo creer esa verdad y caminar con confianza por la vida sabiendo que siempre estás conmigo.
Pase lo que pase, no tengo que temer, porque Tú nunca abandonarás a los que amas. Amén.